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Declaración


No, no soy relojero. Soy un coleccionista de relojes de gama media a baja, preferentemente mecánicos, pero abierto a piezas de cuarzo que sean agradables. Hombre pobre encerrado en un país que niega el libre comercio.
Existe la idea generalizada de que la relojería mecánica es algo anacrónico, una profesión de gente mayor para arreglar cacharros viejos. Pero no es así. Aunque cada vez es más habitual consultar la hora en el móvil, la industria relojera tradicional sigue siendo un sector en alza que se nutre (y presenta una creciente demanda) de jóvenes profesionales que conocen los secretos de este fascinante objeto, tal vez la única joya que declara al mundo la personalidad de quién la porta. 
Girar la muñeca levemente y desviar la mirada muy poco para ver la hora es una comodidad que no puede suplir ni el reloj de bolsillo ni la pantalla del móvil. Pero que ese objeto inanimado haga una declaración silenciosa de los sueños y anhelos de quien lo lleva es un pequeño pase mágico que puede variar día a día según sea nuestro estado de ánimo.
Existen relojes para cada personalidad o estado de ánimo, aquí usted podrá encontrar aquellos relojes que considero interesantes así como aquellos que son dueños de un alma.
Sin mayores pretenciones, El Relojero Magazine comienza su andar con los primeros segundos del año 2020.
Escuche su latido.
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